Bitácora 1

 
Era 13 de Enero, no le veía nada interesante a la mañana, sin embargo la idea de que el comienzo de un nuevo año empezaba ahora era totalmante abrumadora, me daba miedo.
No organicé nada para ese día, no veo porqué hacerlo, es un día común y corriente, aun así seguí teniendo miedo.
Aquel día se comenzaba un nuevo camino, una nueva historia, blablabla. Lo mismo de todos los años.
No sobra decir que lo único que me motivó a levantarme esa mañana fue, que después de dos meses, volvería a ver a mis estúpidos amigos, ansiaba escuchar alguna de sus pendejadas.
Y me levanté, después de que mi mamá me regañara unas cien veces, no tan literal. Me organicé y organicé mis cosas.
Y así fue, faltaban diez minutos para estar en la estación King's Cross y no había salido de casa.
Salí corriendo casi que a regañadientes, quería quedarme durmiendo y no hacer nada hasta que la situación lo ameritara.
Sin embargo, quedarme en la casa escuchando a mi mamá quejarse de mi desorden no era muy bonito que digamos.
Llegué a King's Cross e inmediatamente busqué el andén 9 3/4 con mi boleto en la mano, traspasé el muro y entrada que, a simple vista es una columna normal, pero no. Justo como mi hermana me había explicado el año pasado, allí entraba, a la plataforma 9 3/4.
Llegué justo a tiempo, un poco antes de que el tren emprendiera viaje. Ví un montón de personas, niños y adultos, suponía que eran sus padres, que llevaban a sus hijos hacia el tren, para despedirse.
Me subí al tren, tomando mi lugar de siempre, bueno, al menos desde el año anterior. Ha sido mi rutina de todos los días.
Como siempre, coloqué mis cosas al otro lado de la silla, para que nadie se sentara a mi lado. No sé si lo hayan notado, pero soy muy antisocial, y no me gusta hablar con nadie, mucho menos cuando te preguntan sobre cómo te va en la vida, quién eres y "cómo le va con el novio".
Le compré algun que otro dulce a la señora del carrito que pasaba siempre por el pasillo, luegó me acomodé en mi asiento y disfrute de la vista por la ventana.
El viaje fue largo, lo sabía, pero ni lo noté, porque me dormí, no tenía nada más que hacer. Me gusta dormir en el tren, es como lo mejorcito que tienen los transportes. Jaja.
Antes de llegar, me coloqué el uniforme de la Casa de Gryffindor de Hogwarts, claro, no iba a salr de mi casa con esa cosa.
Al detenerse el tren, tomé mis cosas y me bajé de él.
Había mucha gente en la estación de Hogsmade. Ugh, odio estar en un lugar con mucha multitud. Me resigné y callé mis pensamientos, me dispuse a comprometerme a ser lo más amable ese día. Y sonreí lo más falso que se podía.
Llegamos a las canoas que nos conducirían por el lago al catillo, a Hogwarts.
Por cierto, les hablaré un poco de mi escuela antes de empezar a ponerla como escenario.
Se llama Hogwarts, escuela de Magia y Hechicería, un lugar lleno de fantasmas, cuadros que se mueven, millones de puertas y entradas a lugares que nadie conoce, pasajes a cualquier sueño y anhelo que tengas, salas que cambian de lugar y que vienen y van. Nadie sabe de ella porque los muggles no la pueden ver... pero bueno, no hablemos de eso porque me quedaría una eternidad explicándoles cosas que no entienden ni lechuga.
En fin, allí practico magia y hechicería, y... ya. Ok.
Nos subimos en las canoas y navegamos por todo el lago, la Proa del pequeño barco llevaba una lámpara para iluminar nuestro camino. Varios estudiantes de primer, segundo y tercer grado compartían lugar conmigo, no me molestaba, pero era irritante escucharlos hablar del miedo que les producía la oscuridad.
Luego de una navegación que parecieron horas, llegamos al castillo, las personas se acumulaban en la entrada, y se podían ver varios profesores ayundando al órden de la gente.
En la entrada, la Directora y otros acompañantes regalaban "dulces de bienvenida", y los más pequeños caminaban una y otra vez por allí sólo por reclamar uno.
Entré por la puerta principal con un grupo de chicos que iban a tercero igual que yo, pero eran nuevos y probablemente nos dividirían entre los antiguos y los novicios.
Al cruzar el vestículo pude detectar a mi amiga Ana, junto con otros chicos con los que había compartido en el año anterior.
-¡Holaaaa! -dijo emocionada cuando me acerqué.
-¡Holaaaa! -la imité y le dí un abrazo.
Despué de hablar un poco sobre nuestras vacaciones, fui a buscar a mis otros amigos. Entré en el Gran Comedor, me empiné un poco para ver mejor y ví a Sara, quien hablaba con otras compañeras. Me acerqué, grite como fan aficionada y la abracé también. Me quedé un momento allí y observé que Ana entraba por la puerta del Gran Comedor con Daniel, lo peorcito de este mundo... en el buen sentido, fui a darle un brazo y a hablarle, aunque nuestras vidas son lo menos interesante que existe.
Bueno, saludé a mis amigos, mis únicos 3 amigos, los demás me valen mierda... mentira, si me escucharan me matarían. Jaja. En el camino a mi habitación, para dejar mis cosas, me encontré con Maye, Laura, Kelly, Isabella, bueno, un gentío...
Subí a la Sala Común de Gryffindor, saludé a unos cuantos leones y dejé las cosas en mi cuarto. Bajé nuevamente al Gran Comedor, pues nos habían comunicado e informado que debíamos estar allí para la Bienvenida a Clases. 
Nos sentamos todos juntos en nuestras respectivas mesas, los tejones en la de Hufflepuff, las serpientes en Slytherin, las águilas en Ravenclaw, y nosotros, los leones en Gyffindor.
La Directora se subió al frente y comenzó a hablar sobre lo feliz y emocionada que estaba en compartir con nosotros un año más, nos habló sobre darle un buena bienvenida a los chicos de Primero, luego dió abertura a la Ceremonia de Selección, donde cada estudiante de primero pasa adelante, le colocan un sombrero viejo y con olor a guardado que hablaba, sí, hablaba. El Sombrero Seleccionador diagnosticaba nuestra mente y nos decía a qué casa debebiamos ir, a mi el año pasado me había elegido para la casa de los leones, y me siento infinitamente agradecida por eso.
El cuerpo estudiantil de Hogwarts se divide en cuatro Casas, nombrada con el nombre del mago o bruja que la fundó. Debido a que los estudiantes pasan casi todo su tiempo con compañeros de su casa, esta es una parte importante de Hogwarts:
Las casas fueron creadas por cada uno de los fundadores del colegio ya que estos tenían diversas opiniones acerca de quien se debería aceptar en el colegio. Las casas llevan como nombre el apellido de su creador, siendo estas Gryffindor, cuyos colores son el escarlata y el dorado, y su símbolo un león; Slytherin, siendo sus colores el verde y el plata y, su símbolo una serpiente; Ravenclaw de colores azul y bronce, y su símbolo un águila y Hufflepuff de colores amarillo y negro, y con un tejón como símbolo.
La Ceremonia de Selección pasó y nos dirigieron a todos a cada una de nuestras Salas Comunes, dirigidos por los prefectos, claro.
Me sentía de lo más rendida, me despedí de mis amigos y me largué a dormir, una vez más, una rutina no muy interesante.
 

Bitácora 2

El comienzo de clases no ha sido tan encantador que digamos, es cierto que sí me alegré de volver a estar con mis amigos, salir de mi vida cotidianamente muggle, pero no cambiaba lo aburridor y poco emocionante de las clases.
Esa semana comenzamos realizando diferentes actividades para ayudar al desarrollo del trabajo en equipo, que es lo que el colegio quiere lograr. El lunes nos levantamos temprano en la mañana, como costumbre, nos vestimos y bajamos a desayunar, el Gran Comedor se llenaba de bostezos y suspiros. Odio los Lunes. Era cierto que el frío no ayudaba a tener un día más despierto. Ese día la actividad era quedarnos en el gran salón a mirar una película muggle, los Slytherins, como era de esperar, se quejaban por tales cosas mundanas. La cinta se trataba sobre unos animales que tenían que trabajar en equipo para robar comida... o algo así, la verdad es que no presté mucha atención, primero porque tenía un sueño tipo la bella durmiente (cuento para muggles), y segundo porque todo el rato me la pasé conversando con mi amigo de Ravenclaw, Daniel acerca de diferentes cosas, muy estúpidas puedo decir: videojuegos muggles, payasos, quidditch, películas de miedo, entre otras cosas estúpidas.
Luego de que la película acabase, y de que los profesores despertaran a la mitad del colegio, nos dirigimos a cada aula del cada director de la casa, como Slytherin a Snape a Pociones, Gryffindor a McGonagall a Transformaciones, Hufflepuff a Sprout a Herbología, Ravenclaw a Flitwick a Encantamientos.
Cada profesor nos dió varias instrucciones, dividirnos en grupos de a cinco personas, diseñar un proyecto sobre una solución apta para la Viruela de Dragón, la cual es una enfermedad contagiosa que afecta a magos y brujas. Tiene algunos síntomas que son como las enfermedades muggle "varicela y la viruela". Aparte de dejar al paciente cubierto de marcas, también deja la piel de un desagradable color verdoso. Los casos leves presentaban un sarpullido verde y morado entre los dedos de los pies y chispas emitidas por el enfermo al estornudar. En conclusión, si te contagias, te verás como un asqueroso troll que no ha dormido en años.
Eso fue lo que realizamos la semana entera, desarrollamos nuestro proyecto, hicimos carteleras, buscamos información en la biblioteca, etcétera... al final de la semana, el Viernes, expusimos cada proyecto en grupo, sin ningún fin en realidad, bueno, lo cierto es que servía para tener más conocimiento a la hora de investigar y trabajar en equipo y eso... pero nosotros sabemos que era para matar tiempo, porque lo que los directivos buscaban era implementar en la mente de los estudiantes nuevos, una metodología de trabajo en equipo.
Al final de la semana, ya teníamos todo el fin de semana libre, así que me dediqué esos días a leer y dormir hasta tarde, sabía que estas buenas cosas no iban a durar para siempre, y tenía que aprovechar mi tiempo libre.
 
 
 

Bitácora 3

La semana fue muy aburrida la verdad, no realizamos nada interesante. Lo único emocionante fue en clase de Encantamientos cuando Seamus Finnigan casi quema el aula, lo cual tampoco fue muy divertido, pues siempre sucede lo mismo. Sin embargo el profesor nos sugirió salir más temprano, aleluya. Viva Finnigan.
La semana siguiente comezamos Transformaciones, era una de mis clases favoritas del año pasado, aunque ahora sería distinto, pues nuestra profesora anterior había sido reemplazada.
Sin embargo mi pensamiento era muy positivo ante la asignatura, siempre me ha gustado mucho todo el tema de la historia de la magia y eso. Entonces no se me hacía tan difícil.
El martes, luego de bajar a desayunar al Gran Comedor, entramos a Transformaciones con nuestro útiles ya listos.
El aula tenía un peculiar olor a libro nuevo, a muchos animales y al miedo de los estudiantes primíparos. Algunos ni siquiera toleraban la asignatura, por mi parte, me parece que es algo muy importante en el aprendizaje de un mago, en lo académico y en la vida.
Nos acomodamos en nuestros debidos lugares y nos dispusimos a atender a la nueva profesora. Unos de nuestros compañeros de cursos más avanzados nos habían advertido que con ella no todo era fácil, exigía un poco y eso. No obstante tampoco trabajaríamos cosas demasiado difíciles, lo cual, obviamente me alegraba.
La profesora tomó la palabra y habló, su voz era potente pero suave a la vez, se presentó y comentó un poco de lo que sería el trabajo en el aula con ella. Le gustaba leer muchos libros, comentaba, lo que me hizo alegrarme, ya que era una característica que las dos compartíamos.
Nos dijo que para empezar todo el tema del trabajo en equipo, debiamos conocernos unos a otros, saber qué nos apasionaba, qué nos disgustaba, qué hacíamos cuando teníamos libre... entre más cosas.
Nos distribuyó en pequeños grupos de parejas, a mí me tocó con un compañero que ya conocía desde el año anterior, pero nunca habíamos acordado hablar sobre múltiples temas.
La actividad se trataba sobre hacerle al compañero varias preguntas acerca de su vida, luego con esa información, diseñar un texto, cuento, canción o cosas así, sobre él o ella.
Yo realicé un escrito que hablaba todo sobre esa persona, comentaba allí que nunca me había acercado a aquella persona porque sí, y que también deberían conocerla, pues tiene gustos peculiares, divertidos y miedosos.
Siempre me ha gustado escribir, me gusta que las palabras fluyan sin siquiera pensarlas, porque a veces, hacer las cosas sin pensar, es lo más sincero en la mente de cada uno. Ese es otro motivo por el que me gusta Transformaciones, a la profesora, como le gusta tanto los libros, siempre me dispongo a realizarle el mejor de los trabajo, que sepa que le he puesto  mucha dedicación a su creación, así sea sólo un párrafo.
Al final de la hora, había conseguido un escrito muy imperfecto, le faltaban cosas, un poco de palabras, de ironías, de metáforas, de estupideces. Bueno, al menos, todos mis escritos contienen lo mismo. Pero de cierta forma, era muy artístico. Y ya que hablamos de arte, les recitaré una frase que me gusta mucho y que algunos conocerán; de uno de mis libros favoritos: "Se veía como si fuera arte, y no se supone que el arte sea bonito; se supone que debe hacerte sentir algo."
Luego, la profesora explicó que cada uno debía pasar adelante y leer lo que ha escrito. Eso no se me va muy bien; cuando escribo cosas bonitas no sé representarlas con mi voz, me da verguenza leer mis cosas, mis escritos a otras personas. De cierta forma, es algo muy íntimo cualquier cosa que escriba, puesto que viene de mi corazón, y claramente de mi cerebro.
Sin embargo, salí al frente de primera, así como me gusta guardarme mis palabras, también me gusta que escuchen lo que escribo, me gusta que me den buenas opiniones, siempre hago lo mejor para que me salgan buenas letras.
Luego de leer mi escrito, algunos compañeros aplaudieron, la profesora preguntó si había algún error o si me podían dar alguna sugerencia o comentario. Para mi alivio, nadie dijo que le faltara algo, aunque para mí, le faltaba muchísimo.
Me fuí a sentar y a escuchar a algunos compañeros más, eran buenas sus ideas y aunque me gustaban, les faltaba un poco de redacción.
La clase acabó y todos salimos a Herbología, el resto del día, y de la semana no pasó nada interesante, en niguna clase, ni por fuera, así que no tendría lógica que narrara los acontecimientos de aquella, pues a nadie le va a interesar, y probablemente todos se aburrirían y terminarían dormidos tarde que temprano.
Así que desde ahora, sólo narraré lo importante en mi día a día, no es mucho, pero valen las palabras. Espero disfruten.
 
 

Bitácora 4

Esta semana, me enfermé un poco, la cabeza me quería explotar, sin embargo, estaba muy dispuesta a ir a clase, algo demasiado raro en mí, pues mantengo fuera de clase y no me interesa mucho quedarme encerrada en medio de cuatro paredes.
El profesor de Encantamientos nos colocó a ver un video super... hiper... mega... ultra... aburrido, se trataba de la historia de algunos magos de la historia, no recuerdo muy bien porque me dió mucho sueño. Estaba dispuesta a tomar clases, pero el profesor se pasa de intenso.
Esta semana, la profesora de Transformaciones nos comenzó a leer un libro magnífico, me encanto porque se trataba sobre mitología griega, y la magía de aquellos tiempos. Me gustó mucho cómo la profesora narraba la historia, le colocaba suspenso a las palabras, sus expresiones nos hacían visualizar la historia de una manera única. El libro se llamaba "Atalanta" y es lo mejor del mundo.

Bitácora 5

Esta semana fue algo divertida, aunque no hicimos nada del otro mundo, pero fueron cosas que, al menos, nos sacaron de nuestras rutinas. El lunes, unos cuantos compañeros y yo, nos esforzamos por escapar del conserje Filch, por poco y nos atrapa entrando a la Sección Prohibida de la biblioteca a las dos de la mañana. El martes me la  pasé todo el día practicando en el campo de Quidditch, leyendo las normas y volando. El miércoles me gustó mucho porque en clase de Trasformaciones la profesora nos dijo que debíamos crear varias bitácoras de las actividades que realizamos en clase, lo que hacíamos, lo que aprendíamos y otras cosas, en forma de cuento o relato, para al final del año tener un gran libro de nuestro año; entonces comenzamos a escribir nuestra primera bitácora, yo la escribí sobre una joven chica muggle (no maga) a la que le tocaría sobrevivir en un mundo lleno de magos. El jueves fue muy chistoso porque en clase de Herbología un compañero de Hufflepuff comió sin querer un fruto que te hace ver de color azul y tener orejas enormes. Pobre niño. El viernes no fue taaaaaan divertido que digamos, mis amigos y yo tuvimos la “grandiosa” idea de entrar en el Bosque Prohibido para ir a buscar unicornios, sin embargo, el guardabosques Hagrid nos encontró escabulléndonos por su cabaña y terminamos con un hermoso fin de semana entero de asquerosas tareas que debíamos hacer.

 

Bitácora 6

Esta semana, la verdad, la odié, no me quería levantar de mi sensual cama porque el maldito sueño me mataba. El lunes no hubo clases, GRACIAS DIOOOOOS. El martes no hicimos nada interesante como para contar. El miércoles el diseñador de varitas, Ollivander, llegó al colegio para revisar cada varita de cada joven y notificar que estaban en buen estado, ya que luego se haría una evaluación a los estudiantes. El jueves me la pasé todo el maldito día en la enfermería, gracias a que una estúpida bludger golpeó mi escoba justo cuando iba a tomar la estúpida snitch y ganar el partido, pero por cosas de esta vida, la pendeja pelota me mandó directo al suelo. El viernes me levanté como una zombi que pasó 40 años en rehabilitación, me dirigí al Gran Comedor a desayunar y casi se me cae la cara en mi plato de comida, en clase de Historia de la Magia mi compañero más cercano de Ravenclaw por poco me tira una botella de agua en la cara por lo dormida que estaba, no llegué a reaccionar de mi estado en modo de espera hasta que llegó la clase de Transformaciones, y por supuesto, como amo esa clase, hice un gran (PERO GRAN) esfuerzo por despertar y me puse a atenderla, además porque el tiempo de estudio lo utilizaríamos para hacer un picnic a las afueras de Hogwarts junto con la profesora, y nos enseñaría varias cosas al aire libre. 

 

Bitácora 7

Esta semana no recuerdo casi lo que hice, sé que el lunes me la pasé toda la noche en la biblioteca porque tenía que estudiar mil libros sobre Pociones, la bibliotecaria tuvo que despertarme a largas horas de la mañana para que me fuese a dormir y luego terminar mis deberes. Por consecuencia del día anterior, el martes me dormí media clase de Adivinación, fue entonces cuando me desperté en el momento que la profesora me dijo: “¿Y usted  que opina, señorita Guerra?”, entonces me hice  la santa y dije que me parecía genial lo que decía, aunque no había escuchado ni carajo. El miércoles no lo recuerdo muy bien, sólo sé que no había clase de Transformaciones por no sé qué, debió haber sido por una reunión de maestros o algo parecido. El jueves fue el día en que terminé mi ensayo de Pociones sobre “Instrucciones y práctica sobre cómo realizar paso a paso la poción Veritaserum (poción de la verdad). El viernes, en clase de Transformaciones, me gustó que conversáramos sobre los mitos muggles y los mitos mágicos, la diferencia entre los dos y cómo ha cambiado la historia en el tiempo.

Bitácora 8

Esta semana casi no tuvimos  clase, o bueno, eso es lo que yo digo, jajaja. El lunes como estaba muy aburrida, fui en la tarde a ver practicar a los Slytherin en el campo de Quidditch, y no me arrepiento de haberlo hecho porque una de las serpientes se cayó de su escoba, y ya que me cae tan mal, casi me orino de la risa. El  martes, mis amigos y yo nos subimos a la torre de astronomía y nos pusimos a practicar hechizos. El miércoles no pude salir de mi habitación porque estaba muy enferma y sólo logré ir a desayunar con mucho esfuerzo. El jueves sólo me desatrasé de las clases que perdí en el día anterior. El viernes fue lo mejor, celebramos el día de brujas y magos, antes de comenzar todo, festejamos un momento en el Gran Comedor, con presentaciones de baile y muchas cosas, luego cada casa organizó una fiesta en su sala común, con música, bebidas, decoración y películas, vimos una película de terror súper miedosa y después tuvimos que ir a votar por los nuevos prefectos del año, para luego volver  la fiesta.

Bitácora 9

Esta semana fue muy aburrida, el lunes y el martes me fui a practicar al campo de Quidditch después de clases. El miércoles no tuvimos clase porque nuestros profesores viajaron al pueblo de al lado de Hogsmeade para celebrar no sé qué, como todo el día no paraba de nevar, me dormí y no me desperté hasta la tarde. El  jueves lo pasamos todo el día estudiando nuevos hechizos en la clase de Encantamientos y practicándolos. El viernes, en clase de Transformaciones, la profesora nos puso a hacer un ensayo sobre viejas lenguas y literaturas mágicas de antiguos tiempos, para luego exponerla enfrente de toda la clase.

Bitácora 10

Esta semana estuvo llena de demasiados trabajos, el lunes tuve que entregar un súper ensayo de mil hojas a la profesora de Adivinación sobre “La bola de cristal y sus oscuros secretos”, casi no llego a clase porque debía terminarlo y el fin de semana me la había pasado vagando por los pasillos. El martes había partido de Quidditch femenino entre Ravenclaw y Slytherin, asistí porque me encanta ver cuando las tipas se empiezan a agarrar del pelo y eso, somos muy agresivas, jajaja. El miércoles nos hicieron asistir a una  reunión en el Gran Comedor en la que nos darían nuevos horarios de estudio, y la pasamos tres horas allí sentados, sí, TRES HORAS, por poco y me quedo pegada a la silla. El jueves nos terminaron  echando de la biblioteca a mis amigos y a mí porque nos estábamos riendo súper durísimo y la bibliotecaria no sacó casi que a patadas. El viernes, la profesora de Transformaciones nos comenzó a leer un nuevo libro muggle llamado: “Una (estupenda) historia de dragones y princesas (… más o menos)”, del autor muggle Jordi Sierra I Fabra, el que me pareció de lo más genial que haya leído, sin importar que lo haya escrito un simple muggle. El mismo día también nos sacaron al frente del tablero donde la profesora nos colocaba diferentes hechizos y debíamos explicar cuál era su función y sus síntomas. El fin de semana mis amigos y yo salimos a volar en nuestras escobas.

Bitácora 11

Esta semana me la pasé todos los días muy aburrida por lo enferma que estaba, sentía en verdad que era una muerta viviente. El lunes me levanté casi que arrastrándome por el suelo como una serpiente para ir a clases, y eso es irónico, porque odio esos reptiles. El martes no quería ni desayunar por el terrible dolor de estómago que sentía, la verdad es que si en ese momento pudiese, me tiraría al suelo y me revolcaría de dolor. El miércoles ni me levanté de mi cama. El jueves, ya un poco mejor, la enfermera me puso a tomar su “clásico y ciertamente súper hiper mega efectivo suero para curar males”, sabía lo más horrible del mundo, por poco y me vomito, ugh. El viernes ya estaba mucho mejor, el asqueroso remedio de la enfermera me funcionó y ya podía ir a clases. Me desatrasé de Pociones, lo que fue algo difícil ya que el profesor noes que dé muchas oportunidades para entregar trabajos, hice un examen de Transformaciones donde me fue súper bien, y en clase de Encantamientos el profesor nos comentó que para el día de la magia, cada estudiante debía practicar su patronus y andar todo el día por los pasillos alegrando a las demás personas, lo planeamos todo y luego nos preparamos para salir a vacaciones.

Bitácora 12

¡Al fin descanso! Esta semana, como es la de vacaciones, me devolví en tren hasta mi casa a pasar tiempo con mi familia, toda la semana nos la pasamos viajando por lugares realmente hermosos, pude descansar de toda la presión y estrés escolar, y disfrutar tiempo con mi familia, no entraré en detalles sobre el viaje, porque no terminaría y no me acordaría de ciertas cosas, pero si les cuento que fue una experiencia muy bonita. Al final de la semana volví en tren hasta Hogwarts para volver a estudiar.

Bitácora 13

Después de vacaciones ya me sentía más relajada y menos estresada, esta semana ya podía pensar con más claridad ya que en el descanso escolar adelanté varios deberes. El lunes, ya que no había clase, nos la pasamos toda la mañana hablando en la Sala Común sobre nuestras vacaciones, contamos lo que hicimos, a dónde fuimos y con quién. El martes, logré eficazmente hacer la poción de la verdad en Pociones, jajaja, irónico. El profesor me dio una rara felicitación, rara porque nunca hace nada de eso. El miércoles estaba lloviendo un poco, así que después de clases, mis amigos y yo, nos pusimos a correr por todo el campo de Quidditch, saltando en los charcos y jugando con la lluvia. El jueves casi no me levanto de mi cama gracias a la lluvia, por poco me gano un castigo ya que estaba merodeando por las mazmorras y me encontré al conserje Filch y a su gata, y aunque le dije que no sabía que no se podía pasear por allí  esas horas (bueno, no lo sabía taaaan bien… ok, sí lo sabía, pero no me gustan las órdenes…), me dijo que si volvía a encontrarme por allí, me haría pasar la noche en el Bosque Prohibido, jajaja. El viernes, en clase de Encantamientos, el profesor pasó revisando cada uno de nuestros patronus, ayudando y comentando. El fin de semana fue aburrido.

Bitácora 14

Esta semana me gustó mucho, el lunes, el equipo de Quidditch de Gryffindor Masculino ganó el partido contra Slytherin, y el papasito capitán del equipo se la pasó todo el día compartiendo con nosotros, el mejor día de mi vida, jajaja. El martes logré convertir una rata en una lámpara adecuadamente, luego de como 50 intentos fallidos y 50 lámparas con pelo y cola, logré hacerlo bien. El miércoles, en clase de Adivinación, la profesora nos colocó a hacer una canción con algunos nombres de los magos más grandes de la historia, mi canción fue el peor intento fallido de la historia, decidí quemar la hoja donde escribía como mil veces y luego logré, al menos, algo decente. El jueves, algunos compañeros de Gryffindor y yo nos quedamos hasta largas horas de la noche contando historias de terror, acto responsable de que no lograra dormir esa noche. Y por lo mismo de la noche anterior, me levanté casi que a las diez de la mañana y tuve que salir corriendo para llegar a clase de Historia de la Magia, aunque gracias a Dios no había llegado la profesora. El fin de semana me la pasé en la biblioteca haciendo tareas. 

Bitácora 15

Esta semana no tuvimos casi clase, el lunes tuve que salir de urgencia en tren para casa por algunos problemas que había, nada grave. El martes, después de volver, me desatrasé y las clases eran normales hasta que los prefectos nos informaron que los profesores no nos darían clase hasta no se sabía cuándo y mandarían a cada estudiante para su casa. Por una parte estaba feliz porque ya no tendría que hacer tantos deberes como me tocaba en esos días, pero estaba, por otra parte, súper aburrida porque no me gusta faltar mucho a clases que digamos (jajajajaja, eso es irónico, porque casi nunca entro a clase, pero esta vez no quería dejar de ver a mis amigos).  Sin embargo, decidieron que no mandarían a nadie hasta que se resolvieran los problemas que se presentaba en el colegio. Todos esos días pude (AL FIN) dormir hasta tarde, volar en escoba libremente, hacer pijamadas en la Sala Común, entre otras cosas.

Bitácora 16

Luego de la larga semana de “descanso”, volvió a ser lunes y esta vez sí tuvimos clase, pero lo único que hicimos fue evaluarnos en cada clase, darnos una nota final, ya que este primer período estaba a punto de terminar. Eso fue lo único que hicimos en clase. Luego pasaron más días en que vagamos y vagamos y nada más. Así como mi año escolar. :)